Las lesiones son una de los grandes miedos a los que nos enfrentamos los que hacemos algún tipo de ejercicio físico con cierta regularidad. No tanto por el daño que puedan causarnos, que también, si no porque nos alejan de nuestra actividad favorita de manera forzosa hasta que estamos plenamente recuperados.
No creo que el kendo sea especialmente propenso a las lesiones, pero sí es cierto que cuanto más lo practicamos más forzamos nuestro cuerpo y a la larga pueda llegar a resentirse. Para los novatos o la gente que lo ve desde lejos, puede parece que esta sea una actividad violenta en la que lo normal es salir mal parado, pero nada más lejos de la realidad. Lo más típico es llevarnos algún «morado» del entrenamiento, pero incluso esto es algo que no pasa a menudo.
El motivo detrás de esta entrada es el de recordar y aportar unos pequeños consejos destinados a evitar las posibles lesiones que podamos sufrir en los entrenamientos de kendo. Como de costumbre, casi todas serán de sentido común y todos conoceremos estos buenos usos, aunque nunca está de más recordarlos y tenerlos siempre presentes. Muchas de estas indicaciones provienen de las lecciones de mis senseis y de otros maestros como Emilio Gómez o Zago.
Calentar y Estirar
Dos actividades que deberían ir siempre ligadas a cualquier ejercicio físico. Esto es la base, y si no se hace, estaremos comprando todas las papeletas para irnos a casa lesionados en el peor de los casos. Puede que en el corto plazo no nos demos cuenta de la importancia que tiene, pero con vistas al futuro, estas dos premisas son prioritarias. Como se suele decir, es mejor prevenir que curar y si planeamos tener una larga carrera en esto del kendo, sería bueno tenerlo en cuenta.
El calentamiento sí suele estar totalmente asentado, aunque el tema de los estiramientos todavía es una asignatura pendiente, o al menos, algo que queda al libre albedrío del kendoka. Esto último al menos es la percepción que tengo en base a los cursos a los que he asistido y en general, a mi experiencia personal, pero sí que parece que le damos algo menos de importancia que al calentamiento.
Cuidar bien nuestros pies
El mantenimiento de nuestros pies es vital para poder practicar kendo. Al hacerse descalzo, las plantas de los pies sufren bastante, sobre todo al principio y es normal tener ampollas y todo tipo de heridas similares. Con el tiempo, los pies se van curtiendo y esto suele dejar de ser un problema.
Yo no lo he probado, pero al parecer una buena hidratación de la planta del pie evita la aparición de ampollas. En este caso, lo mejor será que si tenéis este tipo de problemas, preguntéis a vuestros compañeros del dojo qué hacen o han hecho para deshacerse de ellas. Mi experiencia personal ha sido la del «dejar hacer» y me ha funcionado, pero hay otras vías y al final lo mejor es que cada uno encuentre la que le mejor le funcione.
Otro de los aspectos que hay que cuidar es llevar las uñas de los pies lo más cortas que sea posible. Más allá de las cuestiones de higiene, tener las uñas largas puede causarnos una lesión dolorosa y tonta de manera innecesaria. No suele ocurrir, pero hay veces en las que tenemos un encontronazo con un compañero, que con mala suerte nos da en algún dedo del pie. Como podéis imaginar, la mayoría de las veces no ocurre nada, pero es posible que alguna uña se desprenda y ya la hemos liado. Puede pasarnos también sin chocarnos, realizando un mal desplazamiento, así que cuanto más cortas, mejor.
Colocarse las protecciones correctamente
Otra cosa que puede sonar a perogrullo, pero que igualmente es muy importante. Un bogu mal puesto hace que no cumpla su función principal, la de protegernos. Eso significa que probablemente nos hagan daño cuando nos golpeen, lo que puede transformar toda la sesión de entrenamiento en un suplicio. Esto es especialmente importante para la gente que se pone el bogu por primera vez, ya que puede transformar un día de alegría en toda una experiencia para olvidar, o incluso hacernos dejar el kendo.
De igual modo, los himos deben estar correctamente atados, no solo por lo anterior o para que no se enreden con el shinai, sino también porque en caso de que ocurra un accidente, puedan ser desatados rápidamente permitiendo una actuación médica eficaz.
Mantener cuidado el shinai
Puede que la lesión más grave que podamos sufrir en kendo sea que el desprendimiento de una astilla se meta en un ojo. Es una situación completamente excepcional y relativamente improbable, pero puede ocurrir. ¿Cómo lo evitamos? Pues revisando y preparando nuestro shinai antes de cada entrenamiento. Evidentemente, por muy bien cuidado que esté siempre puede saltar una astilla, pero también de igual manera será más difícil que esto suceda si está bien cuidado y en buen estado.
Realizar bien los ejercicios
Como lo anterior, puro sentido común, pero hay veces que se nos olvida. Realizar correctamente el ejercicio que se esté haciendo es clave para evitar posibles lesiones o hacer daño y esto es una responsabilidad tanto del motodachi como del kakarite. Cierto que el primero es el que dirige el ejercicio, pero ambos deben saber qué se está haciendo con el fin de evitar sorpresas como golpear donde no es.
Quizá una de las situaciones más delicadas en esta materia es cuando entrenamos con mucha gente y el espacio es pequeño. Estos momentos son en los que hay que estar más atentos para evitar encontronazos con el resto de compañeros, ya que un mal choque puede darnos algún que otro susto o causar una lesión seria. El ejemplo estrella de esto se suele dar en los gikeikos, en los que uno sale haciendo hiki y se va hasta su casa de espaldas. Si tenemos el dojo entero para nosotros, todavía, pero en un curso con mucha gente y poco espacio, es tentar a la suerte sin motivo.
Por último, y fuera del apartado anterior, siempre conviene estar atentos al suelo del dojo donde entrenemos. Normalmente, la mayoría de kendokas en España no tienen el privilegio de poder entrenar en un lugar creado exclusivamente para el kendo, por lo que tenemos que compartir la pista con futbolistas, canchas de voleibol o similares. Por tanto, un poco de atención para advertir tablas del suelo sueltas o piezas metálicas nunca está de más para evitar tener un sustos que nos deje fuera de los entrenamientos.
Fotografía | Nico, Alfonso González, fswerk.
Muy buen artículo. Totalmente de acuerdo con el tema de los estiramientos, es fundamental y el gran olvidado del Kendo…
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