La «Actitud» en kendo: corazón, entrega y respeto

kendo

En kendo solemos entrenar activamente cuestiones como la técnica y los aspectos más físicos de esta disciplina, algo que es totalmente razonable ya que son partes básicas para poder progresar y avanzar en esta práctica. Pero cuanto más tiempo pasa, más cuenta me doy de que es necesario desarrollar otros aspectos que a pesar de estar íntimamente ligados al kendo suelen pasar más desapercibidos.

Aunque hay muchos, pero en esta ocasión quiero dedicar esta entrada a la “Actitud” con mayúsculas. No sé cómo definirlo exactamente, pero por actitud me refiero a la disposición correcta para afrontar el entrenamiento o la práctica general del kendo. Este es quizá un concepto difuso, pero sobre el cual estoy intentando trabajar últimamente en mis entrenamientos. A medida que avanzo en este camino voy descubriendo elementos y conceptos que antes se me escapaban, y este de la actitud es uno que he descubierto como tal hace poco.

Con esto no quiero decir que antes no tuviese una actitud correcta cuando practicaba kendo, pero es en estos últimos meses cuando he estado esforzándome más en desarrollar esta faceta durante los entrenamientos. Y he de decir que la experiencia es completamente distinta, bueno quizá no radicalmente opuesta, pero sí obtiene una dimensión mucho más amplia a lo que podría ser un entrenamiento de ir al dojo a “pegar unos cuantos palos” y a hacer ejercicio. Ahora me concentro más en intentar hacer mis ataques al 100%, acierte o falle, mantener un buen zanshin, esforzarme y mantener mi espíritu y energía al máximo en los entrenamientos. No puedo decir que mi técnica haya mejorado ni que lo haga mejor que antes, pero sí creo que ha habido una mejora a nivel general.

Y es que en definitiva, la “Actitud” lo abarca todo. Desde que entramos al dojo, en el calentamiento, al saludar, en el keiko y al despedirnos. Y aquí creo que enlazamos con otros conceptos que podíamos definir como más “místicos” del kendo. El respeto absoluto por nuestros compañeros, esforzarnos en cada ejercicio e intentar entregarnos en cada ataque con todo nuestro espíritu y corazón. Precisamente esto último es en lo que en los últimos cursos a los que he asistido han insistido los maestros japoneses, más “kokoro” (corazón). Otro concepto difuso íntimamente ligado con nuestra actitud al entrenar, ligado a la entrega y al ataque sincero.

kendo2

Todo esto aunque sea difícil de entender creo que es muy fácil de asimilar viéndolo. Creo que es totalmente diferente ver un ataque o recibirlo de alguien que ni siquiera se está esforzando que otro cuya entrega y voluntad están puestas al 100%. Puede que el ataque sea el mismo a nivel físico, pero la esencia y la actitud es totalmente distinta, el último sin duda parecería más real, más auténtico. En este sentido, creo que el concepto de “Sutemi” en el que se imprime al ataque una máxima entrega sin importar las posibles consecuencias, plasma la esencia de lo que quiero transmitir. Es un objetivo difícil de lograr, porque implica luchar contra nuestros “miedos”, y eso es muy complicado. Además, en el fondo todos queremos “ganar”, a pesar de que en un entrenamiento no existan ni vencedores ni vencidos, lo que termina lastrando ese esfuerzo de entrega total.

En mi esfuerzo por acercarme poco a poco a esta máxima, recuerdo las palabras de Ikeda Sensei cuando señaló que “el kendo permite este tipo de entrega porque en el fondo somos “muertos vivientes”. Si entrenásemos con katanas la experiencia sería a vida o muerte, pero el kendo nos permite aprender de nuestros errores y hacer que nuestro esfuerzo y entrenamiento den sus frutos. Así pues, aunque “muramos” realizando un ataque, en el próximo que hagamos seguiremos vivos, listos para volver a atacar con todo nuestro espíritu. Por ejemplo, creo que todo esto se refleja bastante bien en las katas. Son tan importantes, que si se realizan de forma mecánica y sin espíritu, al final nos limitamos a hacer una coreografía que puede tener más o menos sentido. Pero si se imprime intensidad, esa “Actitud” antes aludida, algo se revoluciona en nuestro interior y se puede transmitir esa sensación de que estamos en un combate.

Todos estos conceptos pueden agruparse en ese que he querido llamar como Actitud ante el kendo. No es nada tangible, pero sí es posible percibirlo y sentirlo, y al final en esta disciplina las sensaciones son muy importantes. He de decir que me resulta muy complicado y que no siempre lo consigo, ya que el nivel de atención y alerta debe ser constante, pero también creo que los entrenamientos toman una dimensión completamente distinta. Es algo que se consigue rara vez, pero cuando ocurre, la sensación que produce al terminar el entrenamiento es algo tan sublime que resulta difícil de describir.

kendo1

Definición entregada por Saito Sensei en su última visita a Madrid

 

Por último y para concluir, he de añadir que todo esto es una visión bastante personal y que cada uno puede tener su propia sensación, ya que cómo entendemos el kendo depende bastante de cada individuo que lo practica.

Fotografía | Wikimedia Commons, Eddiepics

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s