La llegada de la nueva película de Star Wars anticipa de alguna manera la llegada de gente interesada por el kendo a los dojos de esta disciplina. Esto es algo que siempre ocurre en mayor o menor medida y que aquellos que lleven un tiempo entrenando habrán comprobado de primera mano. Las películas de la segunda trilogía de Star Wars (I, II y III) o El último samurái son algunos de los ejemplos más cercanos de este tipo de «aluviones» de recién llegados y que muchos de los cuales esperan emular de alguna forma lo visto en las películas. Aunque todavía no he visto a nadie inspirado por Carmen Maura en ¿Qué he hecho yo para merecer esto? para iniciarse en el kendo…
Más allá de esta cuestión, lo cierto es que con el lanzamiento de Star Wars: El despertar de la fuerza sí se ha buscado una vinculación directa con el kendo, como el arte de la espada que inspiró las luchas de sable láser. De hecho, se ha publicado un documental en el que se detallan la inspiración directa de George Lucas y sus «coreografos» para recrear el estilo de lucha de los jedi. El documental tiene cierto interés para aquellos que no conozcan el kendo, a los que les resultará exótico y llamativo, pero para los que lo conocemos de primera mano, nos dice poco ya que no somos su publico objetivo.
Además de crear sinergias con el lanzamiento de la nueva película, el principal objetivo de este documental es el de atraer a la gente a que practique kendo, al menos en Estados Unidos. Un objetivo más o menos evidente y creo que puede lograr en el corto y medio plazo. El problema, como siempre, está en hacer que toda esa gente que se interese por esta disciplina prosiga y avance, algo que resultará mucho más complicado de conseguir. El kendo es muy visual y atractivo desde fuera, pero una vez dentro, la cosa se complica y la tasa de abandono es muy alta.
Por tanto, atraer a cuanta más gente sea posible parece un buen objetivo, siempre y cuando no nos dejemos llevar por un sentimiento elitista. Por mi parte, considero legítimo casi cualquier motivo que atraiga a la gente a entrenar, ya que el tiempo termina poniendo todo en su sitio correspondiente y aclarando las ideas erróneas con las que llega la gente al kendo. Con todo, si en Estados Unidos consideraban que estaban faltos de gente, no sé que pensarían si viesen los números de España.
Pero obviando estas consideraciones, sí es cierto que el documental tiene una base fiel a lo que son los orígenes del kendo y vertebra la narración aprovechando el mundial celebrado en Japón durante este año, al mismo tiempo que lo une con la evolución del combate en las películas de Star Wars. La media hora escasa que dura el documental pasa volando y en general es bastante interesante. Aunque ya puestos a indagar en el kendo y su vinculación con los duelos de sable láser, un poco más de detalle no hubiese estado mal.

Un chudan no kamae un poco sui géneris, pero esta lucha casi podría pasar por kendo…
Si hacemos un recorrido por las películas estudiando las diferentes luchas, no cabe duda que las más cercanas al kendo son las correspondientes a la primera trilogía (Episodios IV, V y VI), pero sobre todo en su primera entrega. Obviando el hecho de que estamos ante una película y que esta se debe al espectáculo, el combate entre Obi Wan y Darth Vader podría pasar por un combate de kendo. La postura, el tempo, el kamae… evidentemente no es estricto pero sí se nota que hay una base que está ahí y cualquier que conozca esta disciplina puede descubrir estos elementos. En las siguientes películas, la cosa se va animando y cada vez se diluye más la esencia del kendo al incluir piruetas y acrobacias, pero aún se perciben esa base.
En la segunda trilogía de Star Wars (Episodios I, II y III) cuesta bastante más encontrar las referencias en los combates. La espectacularidad tomó protagonismo absoluto frente a cualquier tipo de realismo en el combate y se pasó de luchar a bailar. A pesar de todo, podemos seguir encontrando referencias al kendo, casi todas ellas en la adopción de distintos kamaes de los protagonistas y antagonistas. Hasso no kamae pasa a ser una guardia que es adoptada con bastante frecuencia y también jodan. Como no puede ser de otra forma con sus correspondientes licencias respecto al kendo real que nada tiene que ver con esto.

Un ejemplo de hasso no kamae, al estilo Star Wars
Nick Gillard, el coordinador de los especialistas de Star Wars, crearon un estilo muy peculiar de lucha en el que el resultado final se parece poco al kendo, aunque la esencia y la base esté ahí. A lo largo de los años, todo el combate con las espadas láser de Star Wars se ha ido desarrollando de forma paralela a las películas y creando estilos propios que han ido tomando forma con la evolución del universo expandido hasta estar consideradas como una parte del canon de este universo. Junto a los siete estilos de lucha que podemos encontrar en Star Wars, quizá Jar’Kai tiene inspiración en la escuela de Miyamoto Musashi «niten ichi ryu» en la que se utilizaban dos espadas. Todo estos estilos marciales de lucha con «espada» estarían influenciados e inspirados por el kendo y en menor medida el kenjutsu.
Influencias e inspiración a parte, lo que está claro es que el kendo es una cosa y los combates de espadas láser es otra. Teniendo esto en cuenta, y que debería estar claro para todo el mundo, creo que el objetivo subyacente del documental de la ESPN es bueno. Si algo tiene este arte marcial es que poca gente entra y mucha menos se queda, por lo que todo lo que ayude a terminar con la endogamia es bueno y bien recibido. Ahora bien, sí considero que la aproximación podía ser distinta y más cercana a lo que es el kendo en realidad, ya que el encontronazo con la realidad de aquellos atraídos por Star Wars o el documental puede ser bastante gordo.
A continuación podéis ver el documental completo:
Fuentes